TODOS
LOS ÁRBOLES BUENOS
Hace ya demasiadas
lunas que tengo este blog un poco abandonado, y es que pasan tantas cosas que
no tengo tiempo de asimilarlas…. Me han operado del dedo; España ha ganado la
Eurocopa; Bankia se va al garete; el follonero se va de vacaciones justo cuando
encuentran evidencia de la existencia del Bosón de Higgs; describen el genoma
entero del melón (¡!); Francia gana el
relevo de los 4x100 libres a pesar de las 22 medallas de Phelps; y Usain Bolt llega
a quitar la olla del fuego a tiempo (2 veces)… ¡como para dar abasto!
Sin embargo esta
entrada quiero que sea sobre un tema un poco más mundano a simple vista, algo
más familiar, pero no menos importante, y que tiene que ver con un viaje que
hice en mayo a Panamá.
El objetivo del
viaje era asistir a la reunión final de un proyecto en el que llevo involucrada
desde su nacimiento, desde que fue sólo una idea que Luis (Cayuela) me comentó
en el parking del Edificio de Ciencias de la UAH, una tarde de hace unos años
(ains, parece que fue ayer….).
Se trata de la red
BIOTREE-NET (www.biotreenet.com). El
proyecto tiene como objetivo recopilar información sobre la diversidad de
árboles en Mesoamérica (América Central y México) y promover la conservación,
el intercambio de información, y la colaboración entre científicos de todo el
mundo que trabajen en esta región.
Que el proyecto se centre en los árboles no es
casualidad. Además de la importancia que tienen como estabilizadores del suelo,
fijadores de CO2 y todas esas cosas que habréis oído, los árboles son un
hábitat en si mismos – ¡pero vertical! En España, fijaros, muchas veces hay
musgo o líquenes colgando de ellos, - suben por su tronco hormigas, se
descuelgan arañas... hay pájaros viviendo en sus ramas y lagartijas entre sus
brotes y raíces...Pues imaginad cómo es ese mundo arbóreo en los trópicos:
multiplicad por mil la exuberancia que habéis podido observar en la chopera o
el hayedo, añadid humedad, color a los hongos y diversidad a los insectos, y
dejad las voces lejanas que hablan en español: bienvenidos a los bosques
neotropicales de Mesoamérica.
(En Costa Rica, Noviembre 2008)
La reunión tuvo lugar en Panamá, que es el
"último" de la salchicha de países que incluye el proyecto, y allá
que fuimos: 3 mexicanos (Mario, Neptalí y Jorge); 1 costarricense-libanés
(Zak); un inglés-mexicano (Duncan) y una chica de Belize (Ivis); Cristina
(Garibaldi) nuestra anfitriona panameña y 5 españoles: Fabio (brasileño, pero
“granaíno” de adopción), Blas, Luis, José Mª (que consiguió el taxi más barato de
viaje con un simple ¡hala Madrid!) y yo. Y como estrellas invitadas, Verónica (la
salvadoreña que amenazó con enseñarnos a bailar salsa!) y Carolina, española
que trabaja en el Smithsonian.
El país nos recibió con casi un cubo de vapor
húmedo, rascacielos y jet-lag; pero el Smithsonian de Ciudad de Panamá resultó
cómodo y acogedor. Durante la reunión se sintetizaron los resultados que hasta
la fecha se han conseguido en el proyecto, que a mi parecer son sobresalientes,
tanto la parte técnica como la científica. La reunión se celebró en un ambiente
de calidez e ilusión, a pesar del "gélido" aire acondicionado y el
"bofetón" de calor y humedad cada vez que salías de la sala para ir
al baño. Imaginad, 12 investigadores de 7 países distintos, juntando sus
experiencias, preferencias, críticas, inquietudes – sus cerebros en suma. Me
sentía como un ratoncito, observándolo todo y empapándome de cómo intentar
contestar tanto a “grandes preguntas” (¿cuántas especies hay?), como a pequeñas
cuestiones técnicas que a menudo son lo que permite realmente avanzar.
Durante esos días disfrutamos del enriquecimiento
que supone la sinergia entre dos maneras de abordar los problemas (con y sin
prismáticos), entre personas de experiencias más dilatadas y aquellas que
empiezan; y la aportación de infiltrados (Carolina) que ayudan a poner las
cosas en perspectiva.
(Cristina Garibaldi durante su exposición en
el Smithsonian de Ciudad de Panamá)
Esta sinergia se hizo patente en los sitios
más inverosímiles, como un restaurante peruano, entre Balboas, camarones,
corvina, pulpitos y pisco-sour. El Manolo´s de la esquina también dejó su
impronta, pues haría falta una tesis doctoral para averiguar si la corvina que
sirvieron era al ajillo o a la plancha, si los langostinos estaban
"apanados" o no, y para descifrar la desfachatez de la camarera
auto-asignándose la propina.
Sólo fue una semana, pero creo que conseguimos
rematar el proyecto, terminar de sembrar la semilla de futuras colaboraciones,
y captar el feeling del país, uno de los pocos (creo) donde no existe la
palabra crisis, con una economía emergente y población optimista (menos si les
preguntas por las obras del metro). En la capital se mezclan la humedad, el calor,
la lluvia torrencial, el caos circulatorio, las obras, el presidente-empresario....
Hay un mirador en un parque del casco histórico en el que, si miras a la
derecha, ves el skyline de Hong-Kong, y si miras a la izquierda, parece que
estás en La Habana. Curioso.... (aunque yo nunca he estado en ninguno de los
dos sitios....).
También dicen que en Panamá hay un canal que
conecta el Pacífico con el Atlántico mediante un ingenioso sistema de exclusas.
Yo creo que son una leyenda urbana, porque nunca logramos verlas.... Solo
alcancé a ver aun barco que desaparecía poco a poco, un cocodrilo que iba a
visitar a su tío en el Pacífico, y unos "chunchitos" que resultaron
ser que trenecitos que ayudan a colocar el barco desde tierra.
(El cocodrilo viajero del Canal)
La reunión se remató con un viaje a la Reserva
del Montuoso que transcurrió entre baches y discusiones sobre gastronomía
internacional. En la reserva pudimos por fin experimentar la biodiversidad de
árboles de que la habíamos estado hablando durante los tres días anteriores, y también
disfrutamos de otros tipos de diversidad: la sabiduría local de Mario, Eduardo,
Manuel y el resto de los empleados; el sancocho de gallina y el bollo de maíz;
los Quercus y los petroglifos; las
avispas parasitoides de color verde metalizado; los mangos (¡esto es vida!);
las orquídeas y la vainilla; las plantaciones de caoba y los pinares (¡tan
fuera de lugar a mis ojos!); un sombrero chiricano, y conversaciones en bucle
sobre las implicaciones sociológicas del facebook y los blogs (¡mira tú!).
Esa semana fue el final (del proyecto), pero
también el principio (de colaboraciones, de amistades...). Fue una reunión de
hombres y mujeres buenos que buscan respuestas a preguntas grandes y pequeñas, desde distintas
regiones y puntos de vista, pero con un mismo fin: el conocimiento y la
protección de la biodiversidad de los bosques. Brindo por ellos.
(Foto: Luis Cayuela)
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Para saber más:
Proyecto BIOTREE-NET: www.biotreenet.com
Reciente artículo sobre la red: http://www.revistaecosistemas.net/,
Monográfico Biodiversidad y Conservación de Bosques Neotropicales. 21(1-2)
Enero-Agosto 2012